El ecuatoriano es muy inteligente sin el balón dominado, sobre todo porque da...
Todo aquello que involucre a más de un protagonista va enlazado con la idea de que existen actores que brillan por delante de otros. Y en el deporte es habitual que existan atletas que impresionen sobre todo por acciones ofensivas, llevándose la mirada de la mayoría de los aficionados. Mientras que, hay un tipo de jugador que generalmente queda más rezagado, como puede ser el caso de Nixon Molina, que es aquel que realiza el “trabajo sucio” para que, en el caso del fútbol, su equipo recupere la posesión del esférico.
El ecuatoriano es muy inteligente sin el balón dominado, sobre todo porque da la sensación de que sabe lo que va a ejecutar el contrincante en cada momento. Precisamente por eso es que se anticipa a las acciones de manera constante, convirtiéndose en el protagonista de muchos robos. Y, además, ejecuta bastante bien el concepto de “recuperar”, ya que luego de volver a ganar la posesión de su equipo, entiende cómo darle continuidad al ataque, llegando a aprovechar ciertas zonas libres desprotegidas por el rival o también dándole cierta pausa para no acelerar sin sentido.
Cuando recupera en territorio contrario es más agresivo-vertical, en esa búsqueda de agarrar mal posicionado al adversario; mientras que cuando lo hace en campo propio es más pausado para no ocasionar una pérdida no deseada y rápida. El saber cuándo saltar a la presión le facilita el trabajo, porque una vez que pone en practica el anticipo, es decir, el instante en el que llega sobre el adversario con timing, siempre logra interceptar o por lo menos incomodar; siendo clave su constante vigilancia.
Para un jugador de su corte el aspecto de la utilización corporal es fundamental. Y demuestra buenas condiciones en ese detalle, ya que tiene como primicia incomodar al rival por medio de su cuerpo; lo va arrimando con su tren superior para que de esta manera el futbolista rival se sienta acorralado y en ese instante mete el pie para quedarse con el balón. Puede invitar rival a equivocarse en los duelos individuales, en búsqueda de que arriesgue para forzar el error. Asimismo, es otra de sus virtudes, utilizándolo cuando ya su campo de maniobra se ve superado y demostrando buen timing para cortar o incomodar-limitar.
El Barcelona Sporting Club es un equipo que dispone de un 4-2-3-1, en donde Nixon Molina es parte del doble pivote, ocupando un rol más liberado que su compañero en el medio: no es el gestor de las posesiones en la fase inicial del juego, o por lo menos no es su primera tarea, pero sí participa en esa búsqueda de que su equipo pueda progresar a partir de su cierta capacidad asociativa que demuestra; siendo fundamental algunos movimientos para atraer-distraer y/o como apoyo. La libertad que posee le permite romper líneas y actuar en algunas jugadas como llegador.
Su intención por lo general radica en ser activado por los carriles internos del terreno de juego, merodeando cada zona libre que observe para recibir tanto en la base (primera o segunda línea; puede estar próximo a su compañero del doble pivote o alejarse para ofrecer una línea de pase que rompa líneas) como entre líneas; aunque en ciertas situaciones puede escorarse hacia la banda, sobre todo por derecha, ya sea para ofrecer un apoyo en corto, como para recibir y girar hacia el adentro o hacia el lado débil, como también para ocupar el espacio del lateral derecho (Byron Castillo constantemente), en búsqueda de darle ciertas libertades. Eso sí, no es un futbolista tan dinámico para tomar altura sin balón, porque –por ejemplo– cuando el volante ofensivo (siendo Kitu Díaz dentro del 4-2-3-1) retrasa su posición, no ocupa con frecuencia ese determinado sector.
En fase ofensiva puede llegar a destacar a partir de sus gestos corporales, ya sea en el proceso de recibir (para orientarse con ventaja) como al mantener la posesión (para engañar como para girar), en donde cada ejecución no siempre es estéticamente sobresaliente, pero sí tiene su punto resolutivo, sobre todo para cambiar la orientación de la jugada, atacar zonas libres con su pase con mayor espacio-tiempo, o ponerse de cara a portería contraria.
Ahora, a través de su pase, puede ofrecer ciertas soluciones, porque más allá de los apoyos y las aperturas, es un centrocampista que demuestra un repertorio de pases con variedad a pesar de que su sensibilidad y tensión en el golpeo no es la mejor: a veces no es preciso o puede fallar al medir la fuerza del golpeo. Pero sí tiene un nivel de agresividad que le permite intentarlo en la puesta en escena y sobre todo un nivel de interpretación que le permite encontrar ventajas en distintas alturas-pasillos, llegando a avanzar a partir de sus envíos en determinadas acciones, ya sea para activar a algún compañero entre líneas o al espacio (lanzando en profundidad; detalle que se puede observar sobre todo tras recuperar para iniciar alguna transición rápida).
En cuanto a individualidades destaca más que todo por su potencia, la cual le permite ser un mediocampista con llegada al último tercio del campo, ya que tren inferior le facilita el realizar conducciones que agrupen rivales; aunque son acciones que ejecuta sobre todo cuando tiene el espacio idóneo, porque en caso contrario, evita realizarlas por un tema de conocimiento de sus condiciones. Además, la llegada desde la segunda línea a zona de remate no la frecuenta con constancia, pero en ocasiones puede dar la sorpresa y se suma de manera correcta.