El fútbol argentino sigue sacando de sus raíces a futbolistas capaces de...
El fútbol argentino sigue sacando de sus raíces a futbolistas capaces de emocionar e ilusionar al espectador neutral. Hay jugadores menores de veintitrés años que sobresalen sobre el resto y que, a pesar de estar dando sus primeros pasos como profesionales en Primera División, se asientan como piezas clave de sus respectivos equipos y nutren al torneo con su talento y proyección.
El zaguero, a préstamo de Boca Juniors en Rosario Central, forma parte de aquellos perfiles de centrales zurdos tan escaseados en el fútbol en general. Sobresale por su toma de decisiones con pelota, dando inicio a los ataques de su equipo de gran manera: rompe líneas, busca en largo con cambios de orientación, conduce. Posee una toma de decisiones muy firme a su edad y juega con la confianza de un futbolista experimentado. Demuestra una gran visión de juego y notable facilidad para cambiar de frente, favoreciendo así el sistema de su equipo con las proyecciones del lateral, permitiendo que agreguen más efectivos al ataque. También sabe filtrar al área, dejando varios pases largos que por potencia y colocación llegan a la zona y consiguen hacer daño a la defensa adversaria. Defensivamente es un central muy sólido, válido para corregir a campo abierto y muy potente defendiendo el área. Destaca en el juego aéreo, siendo un punto fuerte tanto en acciones ofensivas como defensivas y permitiéndole marcar goles. Es capaz de realizar coberturas al lateral gracias a su velocidad y lectura de partido, comprendiendo lo que demanda la jugada al instante y actuando con solvencia.
El joven de veinte años se ha convertido en una de las sensaciones del campeonato argentino. Le aporta claridad a la mitad de la cancha de Newells Old Boys, ya sea a partir del pase juntando a sus compañeros como mostrando su capacidad para romper líneas a través de los balones filtrados. Una de sus debilidades es la velocidad física, que suple con una rapidez mental admirable. Muestra capacidad para jugar como interior izquierdo, pero en este último tiempo sobresale como enganche, con total libertad para lanzar, filtrar y generar juego. Ha añadido, además, desmarque de ruptura y capacidad para cargar el área rival. Tiene un guante en el pie, que aprovecha para gestar las posesiones de la mejor forma posible: pases en corto, cambios de orientación, cambios de ritmo a partir de la conducción. Su perfil asociativo le permite buscar paredes de forma constante, en cualquier zona del campo, y ayudar al volante central en sus funciones de elaboración, siendo muchas veces incluso más importante. Atesora una toma de decisiones muy destacable a su edad, mostrando gran interpretación y lectura de los partidos para accionar de acuerdo a lo que las jugadas exigen en el momento. Tiene mucha confianza en su remate de media distancia y ha convertido varios goles por esta vía, aunque a veces debe ajustar la colocación del disparo. Una de sus virtudes es la gambeta, siendo capaz de juntar varios adversarios y resolver en espacios reducidos para escapar de ellos y mantener la posesión.
El futbolista de Godoy Cruz arrancó el campeonato jugando como extremo derecho con libertad para incursionar en el carril central, pero lo cierto es que con el paso de las fechas se ha convertido en el dueño del conjunto tombino. Puede actuar como enganche, interior o extremo por ambos costados. Es un jugador de perfil creativo, que aparece por todo el frente de ataque, ofreciendo soluciones en distintas alturas y ejes, y aporta gran cantidad de variantes al fútbol de su equipo. Tiene un cambio de ritmo muy peligroso, que en cualquier zona le permite zafar de varios rivales para generar chances de gol. Además, el zurdo guarda una calidad técnica hipnótica, sacando a relucir controles y gambetas de mucho nivel. Su capacidad asociativa es amplia, pudiendo así juntar pases en cualquier sector, siempre procurando jugar a pocos toques para acelerar la circulación. Cuando es necesario, muestra aptitudes para descender a zonas bajas y comandar las posesiones del equipo. Su toma de decisiones es bastante potente, aunque es cierto que a veces, por pura condición natural de su fútbol, decide finalizar él las jugadas en lugar de ceder el balón a un compañero. Daña mucho a partir del desmarque de ruptura, atacando el área y consiguiendo goles de esta manera. Se muestra enérgico en la presión, sin dejar ningún balón por perdido en su totalidad. No se trataba de un jugador especialmente goleador, pero en esta temporada ha sorprendido situando su nombre los máximos artilleros del fútbol argentino, lo cual lo convierte en un futbolista mucho más completo.
Jugando principalmente como enganche en el nuevo sistema de Sebastián Battaglia, Aaron Molinas demuestra una capacidad asombrosa para asociarse en corto, buscando socios de manera constante por el carril central o cayendo con frecuencia hacia la banda izquierda, donde encuentra margen para enganchar hacia dentro y buscar opciones de pase para clarificar la jugada. Muestra un catálogo amplio al momento de entregar la pelota, pretendiendo siempre que llegue de la mejor manera a los pies de sus compañeros: cambios de orientación, toques de primera para acelerar, pausa necesaria para pensar y decidir mejor. También es capaz de impactar en una jugada desde la conducción y la gambeta corta. Guarda una gran capacidad asociativa, sacando a relucir su potencial colectivo y su habilidad para dar juego en el centro del campo, una de las necesidades del equipo Xeneize. Utiliza una combinación interesante entre jugar simple y conocer en qué momento arriesgar con el fin de cambiar el ritmo de una jugada, empleando el recurso del pase filtrado con recurrencia y buscando dejar a un compañero en una situación de ventaja contra el arco contrario. Sus debilidades se encuentran en el apartado defensivo, como la presión, el posicionamiento, los duelos aéreos o la efectividad al momento de recuperar la pelota.
Dentro del 4-2-3-1 de Independiente, Alan Velasco muestra cada día mejores condiciones. Se mueve por todo el frente de ataque, pero sus sitios preferidos suelen ser el carril central, actuando detrás del punta, y la banda izquierda, donde suele tener buenas combinaciones con el lateral de su costado. Es cierto que al inicio de su carrera se trataba de un futbolista predominantemente individualista, pero en los últimos tiempos la función de enganche le ha otorgado una notable madurez, asociándolo con un perfil mucho más colectivo. Desciende hacia la mitad de la cancha para tomar contacto con el balón y, a partir de allí, comanda los ataques de Independiente. Sus debilidades siguen estando en la toma de decisiones, donde todavía se le nota algo impaciente, pero no es nada que no pueda pulir con el paso del tiempo y la experiencia que vaya adquiriendo como jugador de fútbol. Se trata de un futbolista eléctrico, atrevido y que no duda en gambetear a su rival para quitárselo de encima y buscar dañar el arco contrario. Su remate de media distancia no es del todo bueno, pero aun así lo busca con frecuencia, lo cual evidencia una notable confianza en sí mismo. En el enfrentamiento uno contra uno suele ser letal, actuando sobre la marcha dependiendo de su interpretación en el momento y aprovechando su regate corto y capacidad de engaño. No es un goleador, pero en el último tiempo ha demostrado una capacidad importante para asistir, con buen timing para soltar la pelota y filtrar pases.
El juvenil de Colón de Santa Fe ha adquirido mucho más protagonismo desde la marcha del Pulga Rodríguez del club. Puede actuar por todo el frente ofensivo, ya sea en las bandas o por pasillos internos, destacando como punta móvil. Su talento es diferencial, por lo que su caso resulta cautivador debido al amplio catálogo de recursos que es capaz de englobar en su fútbol: técnica, velocidad, regate. Se trata de un delantero ágil, encarador, atrevido y que cuyo propósito en el campo siempre será escapar de los rivales para buscar el arco contrario, ofreciendo soluciones para cambiar el ritmo de las jugadas y transmitiendo constante sensación de peligro. Actúa con naturalidad, mostrando una creatividad asombrosa y no demasiado abundante en el fútbol argentino, sorprendiendo con la jugada menos esperada para engañar al adversario. Ha crecido en materia de movilidad, con desmarques de ruptura y de apoyo para movilizar la defensa oponente, generar espacios o intentar ocuparlos y aprovecharlos. Su mayor debilidad —como en la mayoría de los jóvenes de este perfil— es la toma de decisiones, pecando de impaciencia en ciertas oportunidades. También es verdad que debe crecer en el aspecto colectivo; si bien es correcto integrándose al circuito de juego con apoyos de calidad, su estilo prioriza las acciones individuales en las que sienta que puede generar ventajas por delante de un pase o una observación más detenida de la jugada. Tampoco se muestra demasiado férreo en el juego aéreo.