Entrevista exclusiva a Marcelo Roffé

Algo que hacemos comúnmente es relacionar la intensidad del juego solo con el...

February 15, 2021

Algo que hacemos comúnmente es relacionar la intensidad del juego solo con el desgaste físico que demanda la dinámica del mismo, pero esa no es la única exigencia. En el libro “Mourinho, ¿por qué tantas victorias?” se hace referencia a una declaración del portugués al periódico Público en 2002, en la que explica qué es para él la intensidad en los entrenamientos. El entrenador enfatiza en los requisitos técnicos, tácticos, psicológicos y de pensamiento. La exigencia de una mayor concentración que requiere un esfuerzo mental del jugador. Ahí es donde, para Mourinho, está la complejidad de los ejercicios.

Por eso decidimos entrevistar a Marcelo Roffé. Junto a su equipo, él ha demostrado que la psicología deportiva es una herramienta de trabajo indispensable. La labor social que realiza Lanús implica talleres que van desde jugar ajedrez para entrenar y potenciar la parte mental del juvenil, hasta orientar y reflexionar sobre temas de la vida cotidiana. Así es como el club forma y prepara, más allá de los futbolistas, a las personas.

P.- ¿Cómo el ajedrez mejora la concentración, toma de decisiones y fortaleza mental de un futbolista?

R.- “El ajedrez, como la música clásica, mejora la concentración y una parte del cerebro. El hemisferio derecho del cerebro desempeña un papel muy importante en la creatividad y el ajedrez nos puede ayudar a desarrollarla. Para trabajar con los chicos antes de las cuatro finales obtenidas en Sexta, Séptima, Octava y Novena División en 2019, trajimos un profesor de ajedrez y se hizo una hora de taller con cada categoría. El ajedrez está bueno porque, como en el fútbol, si se gana el medio se gana el partido, así como cuando ganas la mitad del tablero. Esto es lo que te obliga a seguir adelante, pese a los errores y las frustraciones. Además te entrena en la toma de decisiones y en la resiliencia. Te obliga a tener una estrategia y a definir los partidos para no perderlos, al igual que en el boxeo, porque ser dominador no significa que lo vas a ganar. También te ayuda a construir la paciencia que, en esta cuarentena, fue tan importante para manejar la ansiedad. Tiene muchísimas virtudes el ajedrez. Ya lo venimos practicando individualmente con deportistas hace muchos años. Ahora lo hicimos grupalmente por primera vez en juveniles y, el proyecto de Lanús, fue pionero en ese sentido”.

Las conexiones con el fútbol y los beneficios están ligados a la comprensión del juego, interpretación y búsqueda de sentido de cada uno de los movimientos. Aunque también Roffé explica que en este entrenamiento mental se aprende a sobreponerse al error, manejar la ansiedad y nunca perder la concentración.

P.- En el ajedrez se busca que los movimientos tengan un sentido tanto ofensivo como defensivo, ¿esto beneficia al futbolista en la comprensión de ambas fases del juego?

R.- “Sí, es muy bueno ese concepto porque es el del jugador moderno. Tener la misma disposición para atacar que para defender. Hoy en día el futbolista moderno tiene que tener ese chip en la cabeza, ese 25% que es táctico, 25% que es técnico o talento, 25% que es físico y 25% que es mental. Además tiene que tener, sobre todo, esa gran disposición o fortaleza físico-mental para los recorridos de ida y vuelta. Y el ajedrez sí ayuda porque te obliga a saber defender y atacar, por eso es que la lista de virtudes es enorme”.

P.- De los jóvenes que ahora integran el plantel profesional de Lanús, ¿recuerda alguno que haya sobresalido en los talleres de ajedrez?

R.- “Sí (Franco) Orozco, que ya hizo cuatro goles y una asistencia en Primera, en junio de 2019 estaba jugando la final de Sexta División contra San Lorenzo. Y (Lucas) Besozzi, quien también entró en la final de la Copa Sudamericana igual que Orozco, jugó las dos finales de Séptima y ambos hicieron el taller de ajedrez. Es algo único en la Argentina que dos jugadores, en un año y medio, pasaron de la sexta y séptima categoría a la primera, pero además que debutaron y lo hicieron bien. Después Aude también debutó, pero en ese momento estaba con la selección y no había participado en los talleres”.

P.- ¿Realizan ejercicios que estén relacionados con la neurociencia?

R.- “No, la neurociencia trabaja el cerebro y la psicología trabaja la mente. No hay un departamento de neurociencia en Lanús, sino uno de psicología deportiva y trabajo social. Entendemos que la neurociencia es un buen complemento y que sí, como el ajedrez, mejora una parte del cerebro y puede servir, pero lo que buscamos es fortalecer los pensamientos. Sobre todo para la previa de las competencias, los entrenamientos y los partidos. La idea es poder pensar positivo porque somos lo que pensamos y, si piensas que puedes o que no puedes, en los dos casos tienes razón, así decía Henry Ford. Nosotros trabajamos mucho en el enlace y la transferencia del ajedrez al fútbol. Otros equipos, como J. J. Urquiza de la Primera B Metropolitana, lo vienen utilizando hace tiempo. También Racing en la previa de un partido de Libertadores frente a Flamengo publicó una imagen de su entrenador jugando al ajedrez. Hoy ya es una moda, pero nosotros tenemos el orgullo de haberlo hecho hace dos años, nos encanta tratar de estar un paso adelante”.

P.- ¿Es más difícil para un futbolista trabajar las situaciones que exigen mayor intensidad de concentración que de esfuerzos físicos?

R.- “No lo sé, no me gusta comparar. Lo que sí te digo es que los entrenamientos están sometidos a bastante incomodidad y lo que se busca es que el jugador no esté tan cómodo en los entrenamientos para poder tener una intensidad similar a la que tiene en la competencia. Así se evita que haya un abismo entre los entrenamientos y las competencias. Ese es un concepto bien bielsista. En ese sentido los entrenadores y profes de Lanús son de primer nivel y es una vanguardia que, junto a Vélez, son los dos mejores clubes de Argentina en cuanto al trabajo con los juveniles. Incluso me animo a decir de Latinoamérica, porque hace veinte años que están posicionados ahí”.

P.- ¿Cómo se trabaja en Lanús el autodiálogo positivo?

R.- “Nosotros realizamos diferentes talleres. No solo de ajedrez, sino también de fortaleza mental, de toma de decisiones y de cohesión grupal. También de autodiálogo positivo y en estos mostramos audios, videos, presentaciones y damos ejemplos de jugadores. Les ofrecemos lecturas y distintas herramientas para que ellos (los juveniles) puedan sacarse de la cabeza algo que es tan común en el fútbol, eso de que ‘si las dos primeras pelotas me salen mal voy a jugar mal’ o ‘si las dos primeras pelotas me salen bien voy a jugar bien’. Tratamos de cambiar eso desde juveniles para que después, cuando lleguen a Primera División, lo hagan con la cabeza bien ordenada. Es muy importante que los jugadores lleguen con fortaleza positiva y con fortaleza mental. La edad ideal para trabajar esto es cuando están en juveniles, sin duda. Además trabajamos la resiliencia al darles estrategias para que, durante la competencia, mantengan la confianza después de un error, y poder acallar las vocecitas negativas que los atormentan”.

P.- En una entrevista con Eduardo Sacheri, Pablo Aimar dijo que, cuando en las juveniles de la selección argentina van a hacer un ejercicio él no les llama “trabajo”. En Lanús también buscan que el futbolista disfrute al realizar los talleres, ¿cree que se está dejando atrás la noción del fútbol como un juego?

R.- “Sí coincido con Aimar, con quien tuve el honor de trabajar, sobre el concepto de juego. El fútbol comenzó siendo un juego, después un deporte, luego un espectáculo, más tarde un negocio y hoy en muchos lados es un negociado. En los juveniles todavía está puro, no está tan tóxico. No tiene los vicios del jugador profesional, no tiene llena la cuenta del banco, es más un espíritu amateur y soñador. Ahí el mensaje puede llegar. Nosotros tratamos de que se enamoren de la psicología deportiva, que encuentren respuestas, disfruten y puedan crecer como personas. Por eso hacemos talleres de planificación familiar, de sexualidad, de cómo declarar ante las redes, de prevención de las adicciones, de bullying, de grooming, de cine y literarios. Ahora bien, ¿por qué? Algunos dicen que, de cien en Novena División de AFA que tienen trece años, llega uno, otros dicen dos o cuatro. Por ahí en Lanús, en este momento tan dulce, llegan diez. El tema es qué haces con los otros noventa, novecientos o nueve mil. Por eso los preparamos para la vida, como personas. Esa frase que dice “hay muchos cracks que hoy son delivery” lamentablemente es verdadera”.

Una de las realidades que ha investigado Roffé y se muestra en la película de su libro “¿Y después del fútbol qué?” es el retiro del futbolista. Se tiende a pensar que esta situación se trabaja en la etapa final de la carrera, pero realmente es un escenario que hay que preparar desde la etapa formativa. Este abordaje al retiro tiene una intención preventiva para que, cuando llegue el momento, el futbolista sepa qué hacer con su nueva vida.

P.- En 2014 usted dijo que había un “componente psicopatológico en el fútbol argentino”, ¿mantiene esta afirmación?

R.- “Lo que dije en el 2014 tiene que ver con el componente psicopatológico que hay en el fútbol argentino con respecto a la violencia, a eso me refiero. Hay un exceso de pasión que genera la violencia. Estos antagonismos y estas grietas que hay, que no solo son políticas sino que también están en el fútbol. Lo vemos en un River-Boca, ocurrió el episodio con el gas pimienta y los micros apedreados, etc. En Central-Newells ni hablar de todas las agresiones que hubo. También en el Belgrano-Talleres un hincha de Belgrano fue arrojado hacia abajo y terminó muerto. Creo que hay violencia en la sociedad, pero en el fútbol está como legitimada de alguna manera. A eso es a lo que me refería. En el año 2010 con el Dr.José Jozami, que es un abogado y periodista, compilamos un libro “Futbol y violencia: miradas y propuestas”, que intenta brindar una mirada interdisciplinaria para prevenir muertes absurdas y que fue presentado en el Senado de la Nacion en 2010. Allí aportan Sacheri, Sava, Zubeldia, Scher, Moores, Lugones, Perrota, Grondona, Gamez, etc.”.

P.- En octubre de 2020 Argentina le ganó a Bolivia en La Paz. La última vez había sido en 2005, con usted siendo parte del grupo de trabajo de José Néstor Pékerman, ¿cómo un futbolista puede afrontar un factor externo que impacta en el juego?

R.- “Nosotros lo trabajamos con un taller para erradicar los miedos del fantasma de jugar contra Bolivia y la altura. Así esto se reducía a jugar solo contra Bolivia. Todo partió de la cabeza de Pékerman, aparte se eligieron los jugadores por respuestas físicas y se hizo un dibujo táctico especial en el cuerpo técnico. Lo psicológico complementó para que los miedos y las ansiedades salieran y no perjudicaran. Eso fue un éxito porque se ganó después de 32 años y la psicología deportiva aportó un granito de arena. Si ellos ya iban pensando que jugaban contra la altura y Bolivia, hubiéramos empezado perdiendo. Al enfocar a Bolivia como el único rival se pudo traer un triunfo importante”.

El factor decisivo para eliminar la predisposición de los jugadores a la altura, como señala Roffé, fue recalcar la visión del entrenador. Pékerman sabía que, si se enfocaba a Bolivia como el único rival a vencer, la victoria era posible. Focalizar al contrario, restar el factor externo y sumar la fortaleza mental fue una de las claves del éxito. La formula fue: Bolivia – Altura + Fortaleza Mental = Oportunidad de triunfo.

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